Vernor Steffen Vinge, pionero de la ciencia ficción e inspiración de muchos cypherpunk, falleció el miércoles a la edad de 79 años en La Jolla, California. El cinco veces ganador del prestigioso Premio Hugo es quizás mejor conocido por popularizar el término “singularidad”.
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Vinge, nacido el 2 de octubre de 1944 en Wisconsin, también fue un querido profesor de matemáticas e informática en la Universidad Estatal de San Diego, donde recibió un doctorado en matemáticas en 1971. En 2000, se retiró de la academia para escribir ciencia ficción completa. tiempo.
“Vernor, un titán en el género literario que explora una gama ilimitada de destinos potenciales, cautivó a millones con historias de mañanas plausibles, aún más vívidas por su dominio erudito del lenguaje, el drama, los personajes y las implicaciones de la ciencia”, dijo el autor estadounidense David. Brin dijo en un mensaje de despedida en Facebook.
Vinge (pronunciado VIN-jee) recibió premios Hugo por sus novelas A Fire Upon the Deep (1993), A Deepness in the Sky (2000) y Rainbows End (2007), así como por sus novelas Fast Times at Fairmont High (2002) y El monstruo de las galletas (2004). Quizás su obra más conocida, la novela corta de 30.000 palabras “True Names” (1981), fue una de las primeras exploraciones del ciberespacio, el transhumanismo y la cultura hacker.
Tan extraño como Thomas Pynchon y tan profético como Nostradomus, los escritos de Vinge tienen importantes implicaciones para la era de la inteligencia artificial y las Criptomonedas. La singularidad tecnológica, un término ahora de moda para describir el momento teórico en el que la IA supera la inteligencia Human , es una idea a la que Vinge volvió una y otra vez a lo largo de su carrera.
Exploró el concepto en el tomo fundamental del ciberpunk, “True Names”, que sigue a un grupo de piratas informáticos que se conectan a un sistema de realidad virtual llamado "Otro Plano" para explorar una red de computadoras. Al más puro estilo cypherpunkian, los hackers (llamados brujos) intentan KEEP en Secret sus “verdaderos nombres”.
Desafortunadamente para el protagonista, “Mr. Slippery" (también conocido como Roger Pollack), el "Gran Enemigo" (también conocido como el gobierno de los EE. UU.) descubre su verdadera identidad y utiliza ese conocimiento como palanca para investigar a un hacker recién llegado acusado de traición conocido como Mailman. Así comienza una aventura que involucra un “simulador de personalidad” de inteligencia artificial (SPOILER: creado por la Agencia de Seguridad Nacional) que se replica a sí mismo, se come toda la información almacenada en bases de datos de todo el mundo y causa caos dentro y fuera de línea.
Escrito ocho años antes del lanzamiento de la World Wide Web e inspirado en las experiencias de Vinge utilizando una de las primeras plataformas de mensajería, Talk, “True Names” anticipó una serie de efectos desbocados de Internet en la sociedad y esencialmente en todo el campo de la inteligencia artificial.
"La importancia de 'Nombres verdaderos' es que se trata de cómo afrontamos cosas que no entendemos", escribió el pionero de la IA, Marvin Minsky, en un epílogo (actualmente revisado) . En ninguna parte esto es más evidente que en los grandes modelos lingüísticos actuales, que son cajas negras incluso para los investigadores que los construyen.
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Aunque estaba convencido de que la Tecnología acabaría por competir y superar a la humanidad en su conjunto (en realidad decía que la singularidad llegaría entre 2020 y 2040), Vinge era un eterno optimista. Y su tecnooptimismo era contagioso. Como escribió Minsky:
“Yo también estoy convencido de que los días de la programación tal como la conocemos están contados, y que eventualmente construiremos grandes sistemas informáticos sin nada que se parezca a las meticulosas pero conceptualmente empobrecidas especificaciones procedimentales actuales... Una vez que Aprende mejores formas de decirles a las computadoras lo que queremos Para lograrlo, seremos más capaces de regresar a nuestras metas reales: expresar nuestros propios deseos y necesidades”.
Es un punto de vista con el que muchos redactores de manifiestos hoy en día pueden estar de acuerdo, desde los Altruistas Efectivos que buscan formas de “alinear” la IA con la humanidad hasta los Aceleracionistas Efectivos que quieren acelerar el ritmo de la innovación tecnológica.
Puede que no sepamos el impacto de la introducción de una nueva Tecnología, pero, como argumentó Vinge en su ensayo de 1993 titulado “La singularidad tecnológica venidera: cómo sobrevivir en la era poshumana”, “tenemos la libertad de establecer las condiciones iniciales”.
La Tecnología es una herramienta. A menudo también da miedo. Pero es un medio para un fin, no un fin en sí mismo, podría argumentar Vinge. Por eso es importante cómo los tecnólogos y los expertos en informática construyen, y por qué Satoshi Nakamoto, que puede haberse alarmado por lo que construyó, debería ser elogiado por iniciar la industria de la Cripto con el pie derecho.
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Lo que viene después no tiene respuesta en esta vida, pero, si lees a Vinge, es posible que quieras verlo suceder.
"Acusado por algunos de un pecado grave, el del ' Optimism', Vernor nos dio leyendas incomparables que a menudo describían el éxito Human en la superación de problemas... aquellos que estaban justo frente a nosotros... ¡mientras planteaba otros nuevos! Nuevos dilemas que pueden surgir justo delante de nuestra mirada miope”, escribió Brin. “A menudo preguntaba: '¿Qué pasa si tenemos éxito? ¿Crees que ese será el final?'"
